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Justi y Matías


Justi nos habla de Alemania con cierta añoranza en la mirada y en la voz. Allí sigue todavía su hermana, y reconoce que el tiempo que pasó allí fue muy hermoso.
Justi se fue a Alemania de niña , recuerda lo diferente que era el colegio. Cuando en España las escuelas ocupaban una única planta, y tenían un único maestro por grupo. En Alemania los colegios tenían varias plantas, gimnasio, salón de actos, aulas específicas, y un profesor por cada asignatura.
La madre de Justi empezó a trabajar en cuanto llegaron a Alemania, al principio en la misma empresa de Jardines en la que trabajaba su marido, pero después entró en Freundenberg porque en el vivero en el que trabajaba sólo había alemanas, y eso a ella no le gustaba.
Antonia, la madre de Justi, trabajaba en Freundenberg,una fábrica que hacía de casi todo: máquinaria, manteles de papel, cartón para las alas de los aviones, celulosa. Ella trabajaba al minuto. Fabricaba 60 piezas por minuto, normalmente arandelas de goma, pequeña o grandes. Si no mantenía el ritmo, perdía ese minuto. Por lo tanto no se podía parar.
En Alemania tardaron en aprender el alemán, pero al final lo acabaron hablando. No obstante, ellos se relacionaban con españoles, iban a tiendas españolas, a cines donde se proyectaban películas españolas, y a bailes donde iban españoles.
Allí conoció a Matias, hijo como ella de emigrantes. El padre de Matías trabajaba en la limpieza de trenes, y él cuando fue mayor se fue con su padre a trabajar allí. Vivían en una residencia de la empresa.
En la foto que abre esta entrada aparece una foto de la familia de Matías, que le mandaron a su padre cuando estaba en Alemania.

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