En la década de los sesenta, ya en el siglo XX, arrancar a la tierra su dulce fruto seguía siendo tan extremo como en todas las etapas anteriores. Otras regiones, otros países ya habían cambiado su manera de sobrevivir, mejorar y avanzar. Pero nosotros seguíamos atados a la tierra, arrancándola como lo hicieron aquellos primitivos colonos, con pocos avances técnicos, sólo con la fuerza de las manos desnudas de nuestros hombres y mujeres. Enfermedades como el bocio, la tuberculosis, el raquitismo campaban por nuestros pueblos , y una vez más los extremeños decidimos marchar. Hicimos nuestras exiguas maletas y partimos con lágrimas en los ojos, pero con las alas de la esperanza en los pies. Buscábamos mejorar, aprender, progresar.
De eso hace ya cincuenta años, los que se fueron son los abuelos de nuestros hijos. Pero todavía están aquí. Y son testigos vivientes de una etapa de nuestra historia triste, pero que contribuyó a la revitalización económica de nuestra región y de nuestro país.
De eso hace ya cincuenta años, los que se fueron son los abuelos de nuestros hijos. Pero todavía están aquí. Y son testigos vivientes de una etapa de nuestra historia triste, pero que contribuyó a la revitalización económica de nuestra región y de nuestro país.
Dice Nelson Mandela : “La educación es el arma más poderosa que podemos usar para cambia el mundo.”
Por todo ello:
Queremos que nuestros alumnos conozcan de viva voz el drama de la emigración, que analicen y comprendan las causas que la produjeron y que estudien sus consecuencias.
Queremos que entiendan el extraordinario esfuerzo que hicieron sus abuelos y abuelas , cuando abandonaron su familia, su casa, su pueblo, su país y marcharon a otro lugar tan desconocido y extraño que ni siquiera podían entender lo que allí se hablaba.
Buscamos ahondar, establecer lazos, complicidad entre los abuelos y los nietos. Buscamos establecer, restablecer, alentar el dialogo intergeneracional.
Buscamos recuperar el patrimonio sentimental de toda una generación y transmitirlo a toda la sociedad.
En definitivas estamos ante una experiencia para que las alumnas y alumnos fomenten una actitud de ciudadanía activa, que pretende recoger el patrimonio histórico oral de una época que marcó el devenir de Extremadura por boca de sus testigos directos. Buscamos que ese testimonio histórico no se pierda, y que sean los propios herederos los transmisores de ese documento.
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