Este texto ha sido elaborado por Alba Barriga López, marzo de 2013.
Mi abuelo se llamaba Agustín Epifanio Barriga Durán. Nació
en Torreorgaz, pero se fue a vivir a Valdesalor con su familia. Emigró a
Alemania en el año 1962. Se marchó sin documentación. Él y algunos amigos
intentaron entrar en Alemania como turistas, pero no les dejaron. Entonces
viajó hasta Francia en tren. En Francia tomó un barco que le llevó hasta Bélgica.
Una vez allí, mi abuelo buscó a un amigo suyo de Torremocha, que vivía allí. Este hombre los introdujo en
Alemania en helicóptero, viajaron en el interior de la nave como polizones.
Mi abuelo siempre decía que hasta entonces no había
utilizado ningún medio de transporte, y de un tirón, viajando a Alemania, lejos
de su familia, montó en tren , en barco y en helicóptero de una vez.
En Alemania, dormía
en barracas. Primero trabajó en la construcción, haciendo zanjas para
cables, hasta que tuvo los papeles en regla. Poco después, cuando ya tuvo toda
la documentación arreglada, se fue a trabajar a una fábrica, que creemos que
era de plásticos.
A mi abuelo le gustaba contar esta anécdota:
“Cuando íbamos a comprar, como no sabíamos hablar el idioma,
teníamos que ir por la tienda señalando lo que queríamos comprar. No veíamos
ajos por ningún lado, y los queríamos. Después de casi dos meses cocinando sin
ajos, un día limpiando la barraca encontramos un diente de ajo. Entonces
volvimos a la tienda, se lo enseñamos a la tendera y esta al fin lo
entendió. Mientras nos despachaba, la
dependienta empezó a reírse buenamente.
Mi abuelo mandaba a la familia alrededor de 5000 de las
antiguas pesetas al mes, que vienen a ser 30€.
Los vecinos que vivían por allí les llevaban ropa, y un
hombre le dio un traje de color beige, con el cual fue a la boda de su hermana
Filo.
En Alemania aguantó un año, pero como tuvo que volver a
España para la boda de su hermana Filo en abril de 1963, nunca más volvió y se
quedó aquí.
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