Sinforiano en su habitación en Stuttgart |
Relato realizado por
Amaia Flores de 1º ESO B, curso 2012-13.
Esta es la historia de mi abuelo paterno, un emigrante
procedente de Extremadura, como los muchas que había en la época.
Se fue de Extremadura porque aquí no había muchas
posibilidades de encontrar trabajo, y por lo tanto, tampoco de tener un buen
salario mensual, así que se fue por necesidad.
Le ofrecieron un contrato, en el que le pagaban un buen
sueldo, y lógicamente, aceptó.
Se fue en el año 1965, dejando en su pueblo, Santiago del
Campo, a su madre, su esposa y a cuatro de sus hijos, el más pequeño, con tan
solo un mes, que era mi padre. Durante la estancia en Alemania vivió en una
casa con unos compatriotas, también emigrantes extremeños en Stuttgart.
Primero estuvo trabajando como jardinero en distintas casa.
Más tarde en una fábrica de azúcar con su cuñado. Finalmente, trabajó en
correos durante nueve años.
Resguardo de un giro, ingresó 10 000 pts. en el año 1975. |
Con el dinero que ahorraba
se quedaba una parte para poder mantenerse y enviaba lo restante a su
familia. La primera vez envió 3.000 pts, que son 18 euros. La diferencia de
salarios era grandísima con respecto a lo que se ganaba en España en aquellos
años.
Mi abuelo solo iba a visitar a su familia una vez al año,
hasta que en el año 1976 decidió quedarse en Extremadura definitivamente con su
familia y amigos.
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